jueves, 10 de mayo de 2012

03. El retablo


Este juego es otra de mis creaciones inspiradas en un viaje. En este caso me encontraba visitando la catedral vieja de Salamanca cuando entré en la sala principal, donde se situaba el impresionante retablo de dorados y pinturas. Me senté a contemplarlo y disfrutar de él, y antes de que me diera cuenta ya estaban dando vueltas en mi cabeza ideas, reglas, elementos, diseño del tablero... Un nuevo juego se estaba gestando, y llevaría por nombre “el retablo”.

Se puede considerar un filer, es decir, uno de esos juegos que se despachan en poco más de 40 minutos (aunque entraría también en la categoría de eurogame). Por ello pensé en crear un juego no muy complicado en su reglamento, y que las piezas que lo compongan tendrían que ser pocas y sencillas. En otras palabras, en su facilidad debería estar su encanto. Así fue como nació “el retablo”, con pocos componentes más que un tablero por jugador, un mazo de cartas, algunos dados y varias fichas para representar las losetas del retablo y las monedas que se utilizan en la partida. Vamos a ver la mecánica del juego atendiendo a estos componentes:


El juego se desarrolla de forma muy sencilla. Los jugadores deben comprar dados de acción, jugarlos y conseguir bienes con ellos. Así jugarán después sus cartas para intentar comprar losetas restauradas y colocarlas en su retablo. Cuando uno de los jugadores complete su tablero acaba el juego y se recuentan los puntos. Al principio de la partida cada jugador empieza con algunas cartas y monedas. Las monedas sirven para comprar dados y las cartas para conseguir dinero o losetas de retablo. Hay 4 tipos de cartas: moneda, pintor, pan de oro y paleta y pincel. Comenzando por el jugador inicial y siguiendo en sentido de las agujas del reloj, cada jugador puede realizar, en este orden alguna o varias de estas acciones:

  • Comprar dados: El jugador paga una moneda por cada dado que quiera comprar, siendo tres el máximo. Los dados son todos iguales, y pueden otorgar dinero, cartas, ambas cosas o tener la mala suerte de no dar nada.
  • Jugar dados: Los dados comprados anteriormente se lanzan y se obtiene la recompensa que marque la tirada.
  • Jugar cartas: Se trata de jugar las cartas que se tengan en la mano, con las cuales se obtienen diferentes beneficios. Así, con una carta de cada tipo de las cuatro que hay se consigue una loseta de pintura para colocar en el retablo (el panel propio del jugador). Esta loseta se saca al azar de una bolsa de tela y tiene una puntuación en el reverso. Las cuatro cartas se descartan. Con dos cartas iguales el jugador puede también descartarlas y tomar la superior del mazo para añadirla a su mano. Las cartas de moneda sirven, además, para conseguir más dinero. Así se puede descartar una y ganar una moneda, dos y ganar cuatro monedas o hasta tres y ganar siete monedas. Cualquiera de estas acciones con las cartas o varias de ellas se pueden realizar tantas veces como el jugador quiera en su turno, no hay límite mientras tenga cartas para jugar.
  • Colocar pintura: El jugador puede colocar una de sus losetas conseguidas en el turno en su retablo. Además, si quiere puede pagar 5 monedas para colocar una segunda loseta opcional, pero sólo podrá hacer esta acción una vez por turno. Las losetas que no se coloquen serán devueltas a la bolsa de tela, pudiendo el jugador quedarse con una y sólo una que se coloca en su recuadro de reserva de losetas, para quizás ser colocada en un turno posterior.
  • Coger carta: Siempre al final del turno el jugador tomará la carta superior del mazo y la añadirá a su mano.
  • Como opción, si un jugador así lo decide (o porque no le es posible hacerlo), en lugar de realizar las acciones anteriores puede pasar el turno y coger por ello tres cartas del mazo para añadirlas a su mano.

Así irá discurriendo la partida hasta que alguno de los jugadores complete su retablo. En este momento habrá acabado el juego y todos los jugadores mostrarán el reverso de sus losetas de retablo para recontar los puntos. Ganará aquel que tenga más puntos al final (que podría no ser el que completa el retablo).

En definitiva se trata de un juego con un turno y acciones muy sencillas y fáciles de jugar, sin duda válido para todas las edades y muy dinámico. Es de esos juegos que despliegas sobre la mesa una tarde cualquiera en la que se te ocurre juntar a cuatro amigos y enseñarles un poco el mundillo de los juegos de mesa. Tú mundillo. Nuestro mundillo. Alabado sea.

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